sábado, 11 de agosto de 2012

Body Mind Centering: El cuerpo Fluido por Silvia Mamana



«Así como diferentes cuerdas de un instrumento registran diferentes
vibraciones, lo mismo ocurre con los diferentes tejidos del cuerpo»
Bonnie Bainbridge Cohen, 1991
En nuestra búsqueda de conocimiento a través del cuerpo en movimiento, generalmente tomamos como referencia al sistema óseo o al sistema muscular, que nos permiten clarificar apoyos, posturas y diferencias en el tono muscular.
La posibilidad de acceder a la percepción consciente de otros sistemas corporales nos permite ampliar la conciencia corporal. Uno de los aspectos fundamentales de Body-Mind Centering (BMC), el método de anatomía vivencial desarrollado por Bonnie Bainbridge Cohen, se basa precisamente en la focalización activa de los distintos tejidos del cuerpo y la iniciación del movimiento desde ellos.
En 35 años de estudio e investigación, Cohen y su equipo han elaborado «mapas» para la exploración de los sistemas corporales: huesos, músculos, fascias y ligamentos, órganos, piel, fluidos, estructuras celulares y sub-celulares, sistema nervioso, órganos de los sentidos, y los patrones motores que componen nuestro repertorio de movimiento (repertorio que incluye los Patrones Neurológicos Básicos, los reflejos, las reacciones de enderezamiento y las respuestas de equilibrio). A pesar de que esta exploración es abierta y absolutamente personal, desde BMC se han desarrollado principios para acceder a los mismos y utilizarlos como herramienta, tanto en una clase grupal como en una sesión individual. El enfoque en ambos casos no esta puesto en los aspectos terapéuticos del proceso sino en el aprendizaje. De este modo, no somos terapeutas sino educadores, facilitadores de un proceso de experiencia corporal y descubrimiento que realiza el propio alumno.
Los fluidos son el sistema de transportación que tiene el cuerpo. Podríamos decir que todos ellos son básicamente un solo fluido (formado esencialmente por agua) que se transforma, cambiando sus propiedades y características a medida que pasa a través de diferentes membranas, canales y circuitos.
Todos los procesos corporales de intercambio metabólico se realizan en un medio acuoso. El agua (60% del peso corporal) es el componente más abundante en el organismo humano. Los distintos tejidos tienen proporciones que van de un 85% para la sangre a un 22% para los huesos.
Los líquidos considerados como sistema se relacionan con los estados de «fluidez» o «rigidez» del movimiento y de la mente, con el equilibrio entre la tensión y la relajación, entre el descanso y la actividad. Son símbolo de acción, presencia y transformación.
En BMC se identifican 9 tipos de fluidos principales: sangre, líquidos cefaloraquídeo y sinovial, linfa, fluidos celular, intercelular y transicional, fascias y tejido adiposo. Cada uno de ellos posee características propias (1):
1- Sangre: 
Circula por un circuito cerrado de vasos que tiene como centro al corazón. Tiene una fuerte conexión con la tierra y se manifiesta a través del movimiento con dos características diferentes, pero complementarias:
a- El flujo arterial, desde el corazón hacia las células, se expresa como un pulso rítmico.
b- El flujo venoso de retorno de las células al corazón, se expresa como un ritmo ondulante, similar al de las olas del mar.
2- Líquido cefalorraquídeo (LCR): 
Es producido en el Sistema Nervioso Central y funciona como sistema de limpieza y de amortiguación de golpes del mismo. Tiene un ritmo lento (de 5 a 12 ciclos por minuto). Recorre el cerebro, la médula espinal, y se expande a través de los nervios espinales hacia todas las células del cuerpo por medio de las fascias. El LCR se expresa en movimiento como una sensación de espacialidad y suspensión entre el cielo y la tierra.
3- Líquido sinovial:
Es el fluido producido por la capa interna de las cápsulas articulares (sinovia) y sirve de lubricación para el movimiento de las articulaciones. Está relacionado con el espacio indefinido y se expresa como flujo libre, multidireccional e ininterrumpido de movimiento.
4- Linfa:
A diferencia del sistema circulatorio, la linfa tiene un recorrido unidireccional de retorno hacia el centro. Desde los espacios intercelulares fluye a través de los vasos linfáticos hacia las venas subclavias, que vuelcan su contenido en el corazón (el 10% del líquido que sale del corazón a través de las arterias retorna al mismo en forma de linfa). Está relacionada con el espacio definido y se expresa en movimiento como foco directo y sostenido.
5- Fluido intercelular:
Es un fluido viscoso que llena el espacio entre las células. Constituye el 20% del peso corporal. Tiene relación con el líquido que llena los espacios entre las fibras musculares, y entre los órganos (líquido periorgánico). Se expresa como flujo contenido.
6- Fluido celular: 
Es el contenido de las células. Forma el 40% de peso del cuerpo y sustenta todos los procesos vitales. Se expresa en movimiento a través de un flujo neutro de constante presencia.
7- Fluido transicional:Es el líquido que pasa a través de las membranas celulares. Establece los senderos del flujo y sustenta la iniciación del movimiento de todos los tejidos y partes del cuerpo en el espacio.
8- Fascia:Es un fluido semiviscoso que conecta a todos los tejidos corporales. Se expresa como continuidad viscosa, y como sensación de conexión.
9- Grasa:Es el sistema de aislación y almacenamiento de energía del cuerpo. Su expresión en movimiento se relaciona con una sensación de fluidez densa y suave poder.
El objetivo de la descripción anterior es clarificar las cualidades y calidades de movimiento de los distintos fluidos. En lo cotidiano estos se expresan a través de infinidad de combinaciones entre ellos que dan sustento a la expresión externa de la mente y a los movimientos del cuerpo en el espacio. Si observamos con atención, podemos registrar nuestras preferencias: nos expresamos habitualmente a través de alguno o algunos de ellos, mientras otros permanecen en la sombra. La gama expresiva de los fluidos, que va desde la expresión en movimiento de la sangre a la expresión en movimiento de su opuesto, el LCR, determina nuestro estilo personal.
Si se produce una inhibici ón en alguno de estos sistemas, aparecen desequilibrios que pueden expresarse como colapso, pasividad, ansiedad, tensión, agresividad o miedo. La exploración consciente de los fluidos nos permite lograr un equilibrio entre ellos, y como consecuencia ampliar nuestra capacidad de expresión, nuestra libertad y nuestra conciencia

Notas:
1. Esta investigación se basa en el enfoque de la fisiología tradicional combinada con estudios fisiológicos no tradicionales, como los realizados por el Dr. John Upledger para su método «Craniosacral Therapy», y la teoría propuesta por Deane Juhan en su libro Job's Body, además de los resultados de las investigaciones realizadas en la School for Body-Mind Centering.
Referencias
B. B. Cohen, Sensing,Feeling and Action
B. B. Cohen, Fluid System Guide
© Silvia Mamana, publicado en revista Kiné nº 45, diciembre 2000

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