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La respiración es la expresión básica y primaria del movimiento interno del cuerpo: no hay respiración sin movimiento, ni movimiento sin respiración. Ella sustenta la posibilidad de movernos en el espacio, y de comunicarnos con los demás, a través de la continuidad del flujo de aire que pone en contacto nuestro interior con el ambiente externo. El movimiento, a su vez, altera el ritmo respiratorio. Nuestra capacidad para respirar está profundamente influenciada por estados fisiológicos y psicológicos. Por otra parte, la forma en que respiramos incide en nuestro comportamiento y en la regulación de las funciones fisiológicas. La respiración se organiza en patrones que están bajo la influencia de estímulos emocionales, y que a su vez activan emociones grabadas en nuestra memoria: es un punto de unión entre procesos conscientes e inconscientes. La respiración da sustento también a nuestra posibilidad de expresión a través de la voz y consecuentemente la palabra. Podríamos decir que la respiración y la voz son dos partes de una misma función que se reflejan mutuamente. La respiración puede ser considerada una función de nutrición, ya que el oxígeno es necesario para que las células puedan extraer alimentos energéticos, la energía química que transforman en calor, trabajo, etc. El proceso respiratorio comprende dos fases: la respiración pulmonar o externa y la respiración celular o interna. La respiración externa depende de la respiración celular y también la refleja. El sistema circulatorio que transporta los gases entre las células y los pulmones es el nexo entre estas dos fases. Los pulmones, el diafragma y el tracto respiratorio (bronquios, traquea, laringe, faringe y fosas nasales) son los órganos encargados de la respiración externa: el intercambio gaseoso entre la sangre y el aire atmosférico. El diafragma es el responsable del 60% de la inspiración, mientras que la exhalación es fundamentalmente pasiva. Cualquier restricción en este músculo afecta la capacidad respiratoria. Los pulmones son verdaderas bolsas o sacos que reciben, en pequeñas celdillas internas (los alvéolos pulmonares) el aire inspirado a través de la traquea. Es en los alvéolos donde se produce el intercambio de gases: la sangre entra en cada pulmón a través de la arteria pulmonar, extrae el oxígeno del aire inspirado para transportarlo a las células, y deja el anhídrido carbónico eliminado por los protoplasmas celulares. Los pulmones son estructuras no contráctiles estimuladas por el corazón y el diafragma (estructuras contráctiles). El corazón y los pulmones se equilibran mutuamente a través de sus ritmos contrastantes. Algunos problemas relacionados con la capacidad respiratoria son la respiración poco profunda y la tendencia a no exhalar completamente. Sin una respiración profunda, los órganos no reciben el estímulo del masaje que ésta le provee. Para Body-Mind Centering®, los pulmones dan soporte y movimiento a la caja torácica en todos los planos espaciales: los lóbulos inferiores dan soporte a los brazos, y la relación entre los lóbulos inferiores y el cerebro sustenta la postura. También son soporte de los brazos para los Patrones Neurológicos Básicos (1) en el movimiento homólogo (soporte sobre las dos manos), el homolateral (reptar) y el contralateral (gateo). La falta de soporte interno desde los pulmones causa problemas posturales como pecho hundido y cifosis aumentada. El patrón respiratorio adelante/abajo hacia atrás/arriba enfatiza los problemas posturales. La reversión de este patrón (atrás/abajo hacia adelante/arriba) mantiene la postura. La respiración interna se denomina también respiración celular. La etapa final (ciclo de Krebs) de ese complejo mecanismo que es el metabolismo de la célula (2) ocurre sólo en presencia del oxígeno que la sangre toma en su recorrido por los pulmones. Parte del proceso consiste en la transformación de ese oxígeno en anhídrido carbónico, que es transportado por la sangre desde las células hacia a los pulmones. La respiración celular es la base de la vida y de nuestro bienestar físico y emocional. Sin ella, la célula muere. Si se produce alguna inhibición o dificultad en este proceso en algún tejido o grupo de células, la función de ese tejido y, en última instancia, de todo el organismo, se ve seriamente comprometida. El modelo de Body-Mind Centering® plantea la hipótesis de que la experiencia primaria se produce siempre a nivel de la célula, actuando el Sistema Nervioso simplemente como un sistema de registro y acumulación de datos y experiencias. La conciencia que cada célula tenga de sí misma y de las células vecinas les permite “resonar” y coordinar sus ritmos. Al llevar nuestra percepción al espacio de la respiración interna, nos focalizamos en un diálogo que ocurre constantemente en nuestro interior. La respiración celular es una oportunidad para la transformación, el autoconocimiento y la búsqueda del equilibrio. Desde este lugar establecemos una base sólida para poder comprender quienes somos, y para interactuar con el mundo que nos rodea. Cuando pensamos en la respiración, normalmente pensamos en un proceso que se inicia con la inhalación de aire a través de la nariz, que continúa con el intercambio de gases de dióxido de carbono y oxígeno en los pulmones, con el transporte de oxígeno a cada célula, y finaliza con el intercambio de gases a nivel celular, proceso que luego se invierte para terminar con la exhalación de dióxido de carbono. En BMC exploramos la experiencia vivencial de percibir que este ciclo comienza a nivel celular, más que en la nariz, ya que es la necesidad de oxígeno que tienen las células lo que inicia la respiración y no al revés. | ||
Notas:
1.Para BMC, los Patrones Neurológicos Básicos son las secuencias primarias de movimiento que nos permiten desarrollar nuestra capacidad de movernos en el espacio, y de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
2. El metabolismo celular es el proceso por el cual las células extraen de los alimentos que consumimos la energía necesaria para proveer al cuerpo del “combustible” que le permite cumplir con las funciones básicas (movernos, bombear, sangre, transportar moléculas, producir y transformar sustancias, etc.) que nos mantienen con vida.
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©Silvia Mamana, publicado en revistaKiné nº 58, agosto / setiembre de 2003. |
sábado, 11 de agosto de 2012
Respiración celular y respiración pulmonar por Silvia Mamana
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